Consejos para mejorar nuestro estado de ánimo durante el aislamiento
Nos encontramos en estado de alarma, una situación excepcional a la que nos enfrentamos por primera vez. Ante la gravedad de la situación lo mejor es quedarnos en casa. Sin embargo, este aislamiento y el drástico cambio de la rutina diaria que supone estar encerrados puede afectar significativamente el estado de ánimo de la gran mayoría.
Sentir tristeza y desesperanza, estrés y ansiedad, miedo y preocupación, incertidumbre…, es completamente normal ante la situación de emergencia en la que nos encontramos. Además, nuestras emociones y pensamientos van a dispararse al estar aislados, pero no debemos dejar que se instauren en nosotros mermando nuestro estado de ánimo.
Para evitar esto podemos seguir diferentes recomendaciones. Según ha publicado recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) mantenerse conectado a nuestra red social, así como reducir la sobreinformación y centrarnos en las historias positivas nos ayudarán a cuidar de nuestro estado emocional ante el estrés que genera la expansión de coronavirus y el aislamiento obligado.
Es importante establecer normas, llegar a acuerdos y establecer una rutina para todos los miembros de la familia.
En el caso de estar cumpliendo el aislamiento en familia, es fundamental cuidar la convivencia. Al estar más tiempo juntos pueden surgir conflictos familiares que no ayudarán a sobrellevar la situación. Es importante establecer normas y llegar a acuerdos entre los miembros de la familia. Establecer una rutina para todos que implique, entre otras cosas, mantener ordenados y limpios los espacios, ventilar la casa, mantener la higiene y cuidado personal, etc. Además, es importante interesarnos por las emociones de los miembros de la familia, conocer cuáles son sus inquietudes en este momento y mostrarles nuestro apoyo.
A nivel general, y para mejorar nuestro estado de ánimo, se recomienda seguir las pautas que mostramos a continuación:
- Establece una rutina diaria. Planifica tu día y no des paso a la improvisación. Ten en cuenta tus obligaciones laborales y domésticas y reserva un tiempo para el descanso y el ocio. Si tienes hijos, establece un horario también para ellos, de forma que dediquen tiempo tanto a actividades escolares como al juego.
- Ejercita tu cuerpo, al menos una vez al día. Durante el ejercicio el cuerpo libera unas hormonas que ayudan a reducir el estrés y, en consecuencia, ayudan a mejorar el estado de ánimo. Además, es importante que cuides tu rutina de sueño, así como alimentarte de forma saludable.
- Practica técnicas de relajación y meditación. Dedica unos minutos al día a respirar conscientemente, de forma tranquila y controlada. Numerosos estudios muestran que las técnicas de relajación y de meditación tienen numerosos beneficios, tanto para nuestra mente como para nuestro cuerpo. Principalmente contribuyen al control de estrés, pues su práctica produce una disminución de las hormonas responsables del estrés, además de mejorar los estados de ansiedad al disminuir la frecuencia cardíaca, presión arterial y la frecuencia respiratoria.
- Limita tu tiempo delante del televisor, móvil y/o redes sociales. Puede resultar muy tentador dedicar gran parte de nuestro día a consultar nuestras redes sociales, ver televisión, etc., pero estos hábitos resultan poco enriquecedores. Aprovecha el tiempo, en la medida de lo posible, y realiza actividades con las que disfrutes como puede ser leer, bailar, dibujar, escuchar música… cualquier cosa que mantenga tu mente y cuerpo activo mejorará tu estado de ánimo.
- Identifica los pensamientos negativos y rompe el bucle. Estar continuamente pensando en el contagio o el aislamiento, recrearnos en nuestras emociones negativas o preocuparnos en exceso por los días que vendrán no solo no ayudará a mejorar nuestro estado de ánimo, sino que el estrés y ansiedad se verán disparados. Ten en cuenta que es normal sentirse asustado, preocupado o con el ánimo por los suelos, pero es importante no mantener esa situación de forma continuada en el tiempo.
- Comparte cómo te sientes. Ante una situación de aislamiento resulta indispensable comprender qué está pasando, pero también es fundamental aceptar las emociones que emergen ante tal situación. Para ayudar a gestionar tus emociones exprésalas con tu persona de confianza. Háblale sobre tus dudas y preocupaciones y haz lo mismo con los demás. Empatiza, escucha activamente y normaliza tus emociones.
- Socializa con tus familiares y amigos. Por suerte contamos con numerosas formas para comunicarnos. Llamadas de móvil, videollamadas, redes sociales, etc., son algunas de las herramientas de las que disponemos para no perder el contacto con nuestros seres queridos. Aprovecha tus comunicaciones para enfatizar lo positivo y no centres las conversaciones en la parte más negativa de la situación actual.
- Evita la sobreinformación y esquiva las fakes news. Es importante que evites leer o escuchar noticias que puedan causarte altos niveles de estrés o ansiedad. Por supuesto es importante mantenernos informados, pero no es conveniente hacerlo de forma obsesiva. Puedes actualizar información en un momento determinado del día en lugar de hacerlo frecuentemente, puesto que un flujo constante de información va a aumentar nuestro grado de preocupación. Recopila información en fuentes oficiales como la web de la OMS y en aquellas plataformas que ponen a nuestra disposición las autoridades sanitarias para evitar los bulos y noticias falsas.
- Sigue con las medidas de higiene de forma coherente, sin llegar a obsesionarte. Sigue las recomendaciones dadas por las autoridades, pero hazlo de forma razonable. Es importante tomar precauciones, pero si lo hacemos de forma exagerada aumentaremos nuestro miedo y el de los que nos rodean.
- Ten presente el motivo y el fin último del aislamiento. Recuerda que, además de evitar el contagio, el principal motivo por el que nos encontramos aislados es proteger a la población, especialmente a la población más vulnerable. Cuando te sientas agobiado por la situación piensa que con tu sacrifico contribuirás a salvar vidas.
Por último, si manifiestas síntomas intensos que se mantienen estables en el tiempo y te dificultan la vida diaria tales como ira, frustración, miedo, ansiedad, insomnio, etc., no dudes en consultar con un profesional de la Psicología Clínica.
La esperanza es la capacidad de ver que hay luz a pesar de toda la oscuridad.
– Desmond Tutu –
Se agradecen todos estos consejos,muy acertados y útiles en esta situación. Siempre es bueno tener unas pautas en las que apoyarse para intentar sobrellevarlo todo de una mejor manera.
Saludos.
Gracias por tu comentario Ana. En estos días todos somos un poco más vulnerables y ahora más que nunca tenemos que cuidarnos unos a otros y, muy especialmente a nosotros mismos, para poder seguir al pie del cañón. Las circunstancias son las que son, no podemos cambiarlas, pero sí podemos responder a ellas de una manera más ajustada para minimizar su impacto. Deseo que todo esté marchando bien en casa, ánimo. Un abrazo.